Esta semana vamos a plantar fresas, una de las frutas más fáciles de cultivar, las fresas silvestres producen deliciosos y pequeños frutos ácidos, y los fresales híbridos producen grandes y lustrosas fresas.
Nosotros vamos a plantar fresas silvestres, optando más por el sabor que por la apariencia. Esta fruta es el ejemplo perfecto para comparar y darse cuenta de la diferencia entre comer una fresa cultivada en un pequeño huerto ecológico, con un sabor fresco e intenso, o comer una gran fresa desaborida producida industrialmente en unos grandes invernaderos.
Las fresas pueden plantarse en cualquier época del año. Sin embargo, por motivos de orden práctico, como el terreno ocupado por otros cultivos, la falta de disponibilidad de agua y la necesidad de cuidados constantes aconsejan realizar este trabajo a partir de junio, hasta entrado el mes de noviembre. Si las plantásemos en julio o agosto, probablemente conseguiríamos una mayor cantidad de frutos.
Es fundamental, para el éxito del fresal la naturaleza del terreno. El fresal necesita sustratos muy arenosos y ricos en sustancias orgánicas.
Una vez preparado el terreno, se entierran las plantas y se riegan abundantemente al momento y durante los días siguientes, hasta que se reanude la actividad vegetativa. Un aspecto importante es la disposición de las raíces dentro del hoyo, deben colocarse en la posición natural, estiradas hacia abajo, evitando retorcerlas o doblarlas.
Entre los cuidados posteriores que necesita las fresas están las habituales labores de limpieza de las hiervas invasoras, un riego frecuente y un abono abundante para obtener buenas producciones.
